Cada día nos permite una nueva oportunidad, un nuevo inicio, o una nueva versión de la obra cotidiana y costumbrista. Se manifiestan los resquemores, la piedra en el zapato, lo incómodo, lo que molesta y frustra.
Es necesario transformar, transmutar esta energía pestilente y nociva. Reconvertir esa impronta hacia un horizonte de más luz y bondad. Ahí llega como salvavidas: el arte. Permite drenar, reconvertir, sanar, equilibrar, canalizar las emociones que afloran, que movilizan e impactan sobre el estado de ánimo de cada persona.
Cada momento posibilita está oportunidad
Una chance que oxigene la vida. Que le de nuevos retos, nuevos desafíos
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