jueves, 6 de septiembre de 2018

EMPEZANDO A DUELAR


Poema para los doce años (07-11-10)
Cómo una hoja en el viento,
La brisa me devuelve  la mirada,
De saberte tan vivo y tan presente,
Que la muerte no arrebata lo amado.

Quiso Dios que te me fueras,
Mi príncipe  de te quieros calculados.
Quiso que te fueras de mi lado,
Con tu aleteo pausado y sin descanso.

Te ame desde el que día se hizo día,
Y que el atardecer, busco la aurora,
Y como no he de amarte  si te hiciste espejo  de mi alma enamorada.

Los  tequieros condesados se quedaron,
Sin  tu mágico ser enarbolado,
Y tu alma de quijote y de molinos,
Ascendió a otros cielos poco surcados.

Me enseñaste, que el minuto encierra  Vida,
Que los momentos son únicos,
Que cada inspiración trae una oportunidad,
Que los amores  necesitan: de sonrisas, abrazos, lágrimas, sueños, perdón y no pensarlo tanto.
Que la buena estrella va de la mano, del abrazo compartido  y de disfrutar del instante.
Más vale un día gastado a pleno, que cientos de años de soledad.
Clarilin
Gotas de Luz
Ian  y Uma , calidoscopio de luz,
Mensajeros   de utopias y esperanzas.
Forjadores de sonrisas y desvelos,

Piratas  de islas fantásticas, corsarios de sueños
Espadachines  de reinos eternos.
Manantiales de amor a manos llenas,
Arcoiris de calor,
Llamaradas de carmín.

Mis mosqueteros amigos,
Eternautas de otro tiempo.
Sembradores de paz.
Hacedores de ternura.
Viajeros alados, de países perdidos,
Continentes de amor, trovadores de futuros posibles.
Son míos y son del mundo.
Los parí con dolor y con todo el amor que pude,
La crisálida debía romperse, porque tanto amor no podía conservarse,
Mis lindas mariposas, ya vuelan juntas.
Ya no existe el límite, no existe el tiempo:
Porque son eternos.

Clarilin


Miradas
Anclada  entre  el  desierto  y el oasis,
Te perfilas entre el presente y el pasado,
No hay manera de que crea en el olvido,
Cuando no puedo librarme de tus ojos.

Mientes cuando dices que no te irás,
Cuando me dejaste con los brazos abiertos a tu espera.
No sueltes mi mano , que sola es muy triste caminar.

El desvelo , me ha traído tu mirada,
Que se escapa de mi en retirada,
Que los huesos duelen tu recuerdo,
Que los besos, te esperan de regreso,
Por macharte ligero, como un preso.

Clarilin


QUIZÁS


Quizás
Quizás si me dijerás , que solo existe el Hoy.
Quizás te habría de creer,
Que la pena se le antoja no abandonarme,
Que el destello de felicidad se me deshace,
Que la mirada se pierde en tu retorno,
Que las lágrimas se han vuelto cotidianas.
Quizás la locura no me parecería una opción,
Que mis manos quedaron vacías de cielo
Y me cuerpo no se acostumbra a extrañarte.
Que cada noche cuando cierro mis ojos, siento tus labios besándolos para que descansen.
Y  una y otra vez me repites que todo estará bien.
                                                                                                  Clarilin 19/08/11

PALABRAS DE TERAPIA


Lo que cabe en mi cabeza
Arrinconó la desesperanza a la baulera,
Y aprisionó los rencores por un tiempo.
Quiso grabarse sus recuerdos
Como a fuego vivo
Cálculo la velocidad de las lágrimas y se le antojó que la Vida valía la pena.
Cuatro años padecía la agonía de su ausencia.
No le preocupaba saberse solo,
Más sin ella era un destino insoportable.
Contuvo el aliento, respiró y tomó el teléfono.
Su voz llenó la estancia y su corazón se precipitó rápidamente.
Ella lo esperaba como siempre  y no había perdido la esperanza que llamara.
Ellos volverán a verse y su nombre resonaba en su mente: Constanza.
El pensó que tanto los había separado y musitó: “Lo que cabe en mi cabeza”.

Zarpamos por dentro
Siempre habíamos visto las manzanas de febrero. Adorando el fulgor de su carmín, el terciopelo de las caricias que la planta le había dado a la tierra y su respuesta de fertilidad absoluta.
Creada desde cada pensamiento de Amor había germinado en soledad, pero parir cada fruto era el propósito más sublime.
Sus frutos cayeron; fueron devorados por los mortales, los alimentó y los hizo eternos.
Jamás podré olvidar la entrega  que cada manzano hace en pos de la vida.

Enamorarte cada Instante
 Cada mes, cada día, cada hora, cada minuto interroga la necesidad de ser felices.
Nos pone a prueba en la capacidad de aprovechar la oportunidad, que el Amor  a manos llenas derrama a nuestro alrededor.
Este instante puede ser el primero de experimentar el NO AL MIEDO, el dejarse llevar por los corazones abiertos, por cada alma que sedienta espera y por fin declara: Un NO A LA SOLEDAD.

Cada Vez
Cada vez que sale el sol,
Aparece la palabra.
¿Dónde estás? ¿Dónde te has ido?
Compañero de jornada.

Una palomita blanca
Me dijo un grave secreto,
Que eres un ruiseñor,
En las ramas de otra amada.

Si ves pasar a la luna
Por la esquina de mi casa
Contarle los sueños nuestros
Decile no diga nada.

Cuando llueve, me entristezco,
Recordando tu mirada
Una primavera  te fuiste
Y el invierno que no acaba.

A la orilla de aquél río
Naufragó nuestra alma
Tú te fuiste hacia el norte
Yo quedé abandonada.
Con paso lento y seguro,
Un día  me levanté.
Decidida de ser fuerte
Y de mantenerme en pie.
Al final de la semana,
Se agolpan  mis recuerdos,
Algunos son cálidos
Y otros duro invierno.








PALABRAS DE TERAPIA


Besos Lejanos
La vio partir y se estremeció por dentro.
Nadie había develado tantos sueños furtivos, tantos nidos al aire, tanta vida de hogar.
Tanta paz de otoño, tanta risa  temprana que se iba  a la mar.
Retuvo el grito maldito y se ofreció a manos llenas.
Nunca había amado a  nadie, como la amó a ella.

Nueces sin ruido
Sin saber cómo: amó cada paso, cada mueca, cada suspiro y cada mirada.
Atesoró la primavera, deshojo el verano, acarició el otoño y maduró el invierno.
Hasta ese día, único e irrepetible: donde dos fuero uno.

III
Como lluvia de otoño, tus recuerdos me invaden,
Me inquietan, me enfadan, me hacen quebrar.
Me elevan, me llevan,
Me llevan al mar. ´
Me deshojan la dicha,
Me regalan lo incierto,
Como lluvia de otoño

Voces de guerra
Se aparecen ante las cifradas esperanzas,
El desconsuelo arrebató la alegría
Y el duende de la suerte quedó desempleado.
Misiles disparan la bronca cotidiana
Y los amaneceres se han teñido de sangre.
La muerte, me sigue con aliento felino, pero se detiene algo ha ocurrido:
Se oyen los tambores de los desatinos
Y de pronto escucho:
Voces de guerra.

Para atrapar una estrella
Debo saberme buena,
Amada y amante
De mano serena.
Querer amarte
Más allá de la niebla.
Perdonarte el ocaso, y
La madreselva.
Defender tus miradas,
Creer en tus promesas,
Elevar un ruego y
Una penitencia.
Acariciar lo fino
De la callada espera,
Encender los mares:
Para atrapar una estrella.

Defender la vida,
De los ojos siniestros,
De los malos augurios
De la sombra funesta.
Defender la vida ,
De los oscuros silencios,
De la memoria hecha ceniza
De las grandes mentiras.
Defender la vida
Desde otra trinchera, que el dolor no alcanza,
Que la muerte no calla,
Que el rencor no mella.
Defender la vida ,
Desde las limpias promesas,
La alegría que late en cada horizonte.
El Amor que revierte el maleficio mortal.

Aunque no había secretos entre la luna y el sol:
Ella deseaba ser nieve,
Él lluvia y relámpagos.
Ella quería ser tibis,
El la caricia que enfría.
Ella un gran horizonte.
El un suspiro de amor.
Ella viento huracanado,
El la quietud y el candor.
Ella se hizo montaña,
El arroyito cantor,
Ella encendió mil luceros
Y él se lo agradeció.

Una gota de limón que penetra suave
Y diáfana por el recorrido sordo de una tetera de verano.
Cómo un elíxir compañero de acompañadas tardes.
Cómo la escapada al río,
Como un jaque mate a la sed desesperada.

Lo que cabe en un segundo, una alegría, un beso, una lágrima fugitiva, que se apresa aparecer.
Una nota musical, un trinar acompasado, un te quiero, un olvidado, recuerda que quiere retornar.
Un saludo, una mueca, un suspiro: vengador de batallas perdidas.
Un grito, un aplauso, una risa  y un dolor que se niega a volar.
Una mirada de calma,
Una palabra de aliento,
Y un deseo: un sueño.

Cáscaras de tiempo que caen como hojas en otoño,
Como margaritas deshojadas,
Como la arena de un reloj que va cayendo, una a una
Como una marioneta que abandona la función.
Cómo la caja de juguetes,
En el cuarto del que no está.
Cómo cada palabra que no te dije ayer.
Cómo cada caricia, que quedé sin brindar.
Cómo cada comienzo y cada final.

Agarradito a la sombra, me refugio,
Busco amparo al desatino de la duda.
Al mal sueño, al peor presagio.
Calculo la distancia entre el tiempo recorrido y la nada.
Me reencuentro y me pierdo en el laberinto de las primaveras
Y espero…..
Espero ser camino y caminante,
Espero ser arroyo y piedra buena,
Espero ser tallo y remanso,
Espero ser yo a manos llenas.


PALABRAS DE TERAPIA-AQUELLAS PEQUEÑAS COSAS

Aquellas pequeñas cosas
La luna sueña con encontrar al sol, antes que él se ponga. Ofrecerle sus besos y compartir su mirada.

La carta sabe contar la historia de dos almas que se conocen desde tiempos inmemoriales y que van por las sucesivas vidas buscándose sin descanso.

El perfume esconde la caricia de un niño, el llanto mañanero, el rocío que destiñen los atardeceres vírgenes y los ocasos de algarabía.
 La copa recuerda, lo que te juré aquella noche.
La estrella es la mirada perdida de los sueños eternos.
La estrella es el mimo escandaloso del universo.
La mariposa es un pétalo al viento que regaló la mañana.
La ventana es el patio lúdico donde descansa el sol.
Semilla es infinito condensado en lo pequeño, eternidad temida de existencia.
Lágrimas son las cuentas del collar de los recuerdos y las ausencias.
Raíces que me unen al centro de la tierra,
Me permiten viajar hacia mundos nuevos,
Gastados de vivir a manos a manos llenas
Recogen cada paso en la marea,
Transitan junto a mí la carretera
Y los destinos mágicos,
Quedan de a ratos con mis zapatos.
II
Las llaves de la música  se esconden tras la esquina del camino.
El viento trajo alas, trajo risas  en el amanecer.
El hueco en el que anido guarda besos y lluvia de deseos.
La montaña orgullosa dice al hombre su secreto eterno.
En tu hogar, las migas pintaban el cielo.
La risa se confunde con las manos  del que solo espera en la esquina.


PALABRAS DE TERAPIA-LA IDENTIDAD


La Identidad
(En homenaje a la familia Butín Killing)
Sobre la mesa encontró un libro.
Hojas muy finas y letras pequeñas y en la primera hoja: la historia genealógica de la familia.
Era una biblia. En ella se podía remontar el pasado familiar hasta principios del 1800. Con un origen en Irlanda, la familia se había asentado en Alemania y desde ahí casi cincuenta años después habían llegado a nuestro país.


PALABRAS DE TERAPIA -EL VESTIDO DE NOVIA


·El vestido de novia
(Dedicado a la gran familia Bossini-Cacciabue)

Había viajado la seda desde su Italia natal. Había recorrido leguas de caminos de tierra y el destino final: el asfalto de una ruta de provincia.
El vestido de novia  había sido usado por la nona Petra, por la tía Isabel y por mi prima Nadia.
Con algunos retoques, cada boda lo había recibido dispuesto  a ser  el traje del comienzo  de una nueva historia de Amor y a la vez  la extensión de la vida familiar en una prenda.
Simboliza el comienzo y la trascendencia.
Nuevos escenarios, Nuevos protagonistas, pero un mismo hilo conductor: el Amor.

PALABRAS AL VIENTO


Cómo si fuera ayer se agolpan imágenes, sonidos, recuerdos un día tenía una  familia  y al cabo de un momento se había  esfumado.
Un extraño conjuro se había adueñado de las cuatro almas  que eran mi guía. No fue un golpe seco, fue de a poco como se deshojan las margaritas  con la brisa. Se fueron de a poco  como el terror abandona al sobreviviente.
Un 10 de octubre de 2010 quedó en la retina como un presagio, como lo que estaba  y no iba a volver.
Atrás quedaron la vida  en común, los momentos duros, las enfermedades, los dolores, el cansancio.
Las valijas llenas de madrugadas  y ocasos.
Atrás  quedaron el eco de las risas, los juegos en familia. Las caricias. Los abrazos, las manos entrelazadas, el calor del hogar.
Viajando como siempre a General Roca, el hogar de los abuelos. Siempre apostando a la familia. Salimos  después de las cuatro de Villa El Chocón. Era un día cálido, un día primaveral, que anunciaba el verano. Por ser un fin de semana largo las rutas estaban cargadas de gente que venía e iba a distintos puntos. Viajábamos  felices y en paz. Todo parecía perfecto.
 Al llegar al parador Los Pinos le pido a mi hijo  que deje de escuchar música con su teléfono, le saco el celular. Miro la hora seis y media, levanto la vista  y solo puedo ver que un auto gris se viene hacia nuestro lado.
El tiempo empieza a detenerse, pierdo la memoria. Solo resuenan ecos, gritos, desesperación. Sólo dolor, dolor, dolor.
Dolor que se siente en el cuerpo, pero que viene de las entrañas.
En esos momentos parece que el tiempo y el espacio se condensan en un giro infinito.
Se precipita la razón y el intelecto en una danza incomprensible que solo nos recuerda  como conviven en nosotros los opuestos y como se entremezclan con el otro.
Que nuestro cuerpo físico nos remite a la finitud y como nuestra alma, donde nada nos preocupa, nada nos duele, donde hay paz, es infinita, es eterna.
Como todo lo que creemos se nos escapa de los dedos y solo queda la existencia, desnuda de toda pretensión y egoísmo.
II
Será  por eso  que nos enfrentamos a situaciones de extremo dolor. Pruebas que ponen en jaque  nuestra fe y nuestra capacidad de renacer una y otra vez.
Cuando se habla de cielo y de infierno poco se entiende que la vida nos coloca  permanentemente en uno  y en otro lugar. Que somos creadores de nuestra historia, que nuestras decisiones afectan el capítulo siguiente. Suponer que solo nos tocará una parte es inocente. Todo lo que transitamos tiene dos caras, una llena de alegría y otra cargada de dolor. No se puede apreciar lo bello, sino se experimentó lo feo. Lo dulce sino se ha probado lo amargo. La dicha sino se ha llorado.
La completud solo la experimentamos cuando volvemos a la esencia.
En ese lugar no existe dualidad. Experimentar la divinidad, es sentir la ausencia de la duda, del miedo, de la fragilidad.
Saberse unido al infinito y por lo mismo no tener límites.
En ese concepto no hay lugar  para la dualidad, porque su efecto es la plenitud y  la conciencia.
Es el abrir de una flor, su fragancia, su destello de luz, es instante y eternidad.
La claridad llega cuando se deja de pensar. Cuando solo se vive cada momento, que se abre ante nosotros como un escenario de Divina Comedia. Donde cada parte  de nuestro ser entona una hermosa melodía y que junto a las melodías del resto crean la maravillosa canción sinfín del Cosmos.
III
Tú peldaño  de estrategias,
Que haces que mi corazón sufra
Y al mismo tiempo que mi alma se agigante.
Tu bastión de batallas, por seguir siendo yo misma.
Desierto y Oasis. Lluvia y sequía. Manantial y sed.
Tú que eres yo, que me muestras
Lo que falta y lo que sobra.

IV
Cómo un náufrago de mi propia existencia, doy brazadas intentando no perder el último aliento, que queda a la devastación y el caos.
Como una marioneta sin función. Como una  puesta en escena en un páramo, se me amontonan los fantasmas del delirio y el miedo.
No enfrenté otra vez la muerte, con la esperanza que el dolor cese. El hambre que no sacia, la sed que no calma, se agolpa presurosas en el mar de las mañanas. Empañar mis horizontes de arcoíris, con tormentas egoístas y  vanas.
Quién se hace el dueño del horizonte, cuando lo inconmensurable lo atraviesa todo, lo penetra todo, lo reclama.
Creer que fue un sueño es una tentación demasiado fácil, lo que implica un cuestionarse es hasta donde fue cierto.
Que el desvelo me arrebate los sueños, me deja en un laberinto de sinsabores y espectros.
Quizás a la vuelta de la esquina, nos volvamos a encontrar: Cuando la calandria y el ruiseñor unan sus voces. Cuando el águila detenga su vuelo por un momento y sea uno con la inmensidad.
Me vestí de duelo y me creyeron muerta. Muerta de ilusiones  y bienvenidas.
Muerta de caricias y ternura.
Allí donde se disponen los cuerpos de los que eligieron irse, porque no les bastó el coraje para quedarse y ahí me encontraste otra vez: despierta, más joven, más ilusionada, aún, más nueva.
No te importó que el tiempo se marchase, si para nuestra realidad no había tiempo.
Y el desamparo del principio,  que arremetía feroz contra mi cuerpo, estaba hastiado de representar el verdugo de la escena. El detractor de los futuros venturosos.
La oquedad donde se esconden las mareas.
Sin saber vencí el orgullo y el dolor de un solo paso.
Me adelanté arrebatarle al egoísmo su mirada, me hice uno y ya no me dolieron las otras caras, porque el amanecer aunque tibio se abría limpio. Porque la rueda virtuosa había derribado murallas y los recados de amarguras se habían disipado con tanta magia.

V
Ver lo que uno quiere, es enfrentarse  a lo más trágico que tiene el vivir. Es deshacerse de lo que imaginé para ver lo que hay. Mis pupilas  yertas de tanta desdicha y el inconmensurable dolor que pesa más que el lastre.
Pretendí que no me doliera y la ausencia se hizo inmensa.
Parece ser ayer cuando labios me amaban y no había traición. No había duda.
¿Qué tengo que hacer con lo que no puedo aceptar?. ¿Qué  tengo que hacer con lo que anestesia  mi vida?.
Puedo volver a confiar cuando me engaña a diario.
Puedo entregarme cuando no termino de incorporar una verdad y salen a flotar mil mentiras. Cuántas veces perdonar lo que lastima. ¿Cuánto amas a quien no te merece?. ¿Cuánta pasión muere en el descanso del viento?
Tu amor es tan endeble como un pequeño tronco verde, que el viento de la duda lo inclina hacia un lado y hacia el otro. Y en el medio: Yo, queriendo quererte y creerte. Me equivoqué de nuevo?.

VI
Volver y ver la nada. Arremeter con la vida hecha añicos. Desesperar y padecer un relámpago de sentimientos.
Despegar del infierno y sentir que no estarás en mi presente., que te fuiste hacia otro cielo. Que te llevaste cada minuto de alegría y que puedo despertar sin nombrarte.
Te fugaste como preso solitario, como el ancla liviana que busca otras tierras, como un barco que zarpó hace tiempo.
VII
Tratar de descifrar que anida el porvenir.
Que rayo de luz inundará mi ser devastado después de la tormenta.
Se fueron un día de manera mágica.
Se fueron y los conceptos del Ser y estar cambiaron.
Se fueron llevándose partes mías,
Se fueron volando cómo águilas de paso.
Como el sonar de un pájaro en vuelo,
Como una campana que se aleja.
Se fueron llenando vacíos y escapando del miedo.
Se fueron manantiales de luces,
Varándome en la soledad que duele y espanta.
Años de espera, minutos suspendidos, besos perdidos.
Las vocecitas llamándome MAMÁ,
Y que las escucho que se acercan y se alejan.
Dónde quedan pequeños grandes momentos, pequeños grandes encuentros y más grandes despedidas……
VIII
Siento que se desvanece el recuerdo
Que se deshace de mis dedos tu esencia,
Que se vuela poquito a poco la magia de ayer.
Se me van despidiendo, las ganas.
Se me va despidiendo tu cuerpo.
Se estremece el sonido del tiempo
Y me implora no termines el cuento.
Se me escapan los años de amor y
Me dejan marchita por dentro.

IX
Cómo olvidar sus nombres? ,
Cómo olvidar sus voces de mi piel?,
Cómo olvidar la palabra
MAMA que aún me hace buscarlos.
Dónde pongo lo que tengo para darles?
Dónde las caricias que quedaron en mis manos?
Dónde pongo los besos que mis labios guardaban solo para ustedes?
Cómo hacer  con los sueños incompletos?,
Con los bailes desiertos,
Cuando solo el sol acompaña este cuerpo,
Cuando sus manos se me escapan y vuelan alto.
Cuando mi corazón no se halla en el pecho.
Se aquieta  el latir para acercarse  un poquito,
Para que no estén tan lejos,
Para no sentir que todavía no se han ido ó que
Están volviendo.
Cómo hacer con tanto amor  que quedó aquí dentro.
Duele cada célula, duele cada suspiro, duele no tenerlos y
Saberlos ido.

Aquellas Pequeñas Cosas


La vida nos interpela acerca de nuestra percepción, de cómo observamos lo que nos rodea, como interpretamos lo que nos sucede.
Nos hace poner en foco, como las pequeñas cosas pueden ser la diferencia entre un buen y un mal día. Y cómo estas están  disponibles para todos.
Un día me pregunté ¿porqué el principito decía que lo esencial era invisible a los ojos?  y quizás por esa razón empecé a ver más allá de lo que veo:
Descubrir el fantástico vuelo de una mariposa, sentir el canto de un pájaro que te alumbra las mañanas, despertar la atención al sonido del  viento meciendo las hojas, el latido de un corazón enamorado, el destello de una estrella distante, el asombro de ojos de un niño ante una calesita, el sonido del agua corriendo en un arroyo.
Cada minuto guarda tesoros de ayeres idos y mañanas posibles.
Es una invitación a sentarse a deleitarse, a saborear el espectáculo que abre el telón cada mañana.
A abrir el corazón a la dicha de estar vivos y decirle sí a la alegría de poder sentir, de poder reír, de bailar, de correr, de jugar.
Permitirnos por un momento, un día, darle día libre a la solemnidad, a la seriedad y volver a ser niños de nuevo.
Esperar con ansias que un rayo de sol nos haga cosquillas otra vez.

El Amor sana


Leí conmovida como Sandra Mihanovich donó un riñón para su ahijada, pudo hacerlo luego de varias diligencias judiciales, ya que no era familiar directo. Ahí surgió mi pregunta ¿Cuántas trabas hay para el amor?
Este Amor que no es un ramo de rosas de vez en cuando,  no es recordar a los que amamos solo  los días festivos y comerciales.
Implica un darse sin esperar nada a cambio. Un transformar en milagro cada momento. Dejarse guiar por el corazón: escuchar su mensaje.
Cada instante  somos maestros y discípulos.
La vida nos enfrenta a nuestros propios miedos, a los devoradores de alegría que anidan en nuestro interior.
Nos anima a pasar los calvarios y desiertos con el solo fin de saber que el Amor vence todas las barreras incluso las de la muerte.
Que un minuto de ese amor vale las lágrimas más amargas.
Que él reconocer en unos ojos la incondicionalidad no se compara con ningún bien material.
Que los abrazos curan, fortalecen, dan calma y seguridad.
Que la presencia se demuestra con una palabra, una mano tendida, el silencio cuando las palabras sobran, una sonrisa que abre el cielo e ilumina un día gris.
Ser protagonista de la historia de amor que Dios tejió con cada uno de nosotros desde el mismo momento que existimos.
Cuando se habla de Amor no se alcanza a dimensionar hasta donde su inmensidad nos alcanza. Hasta donde su  imperceptible acción mueve cada átomo, cada partícula, cada ser, despliega su magia y nos hace agradecer estar VIVOS.

El Hoy es un regalo por eso lo llamamos PRESENTE


Esa es una de las frases más conmovedoras que escuché y lo más maravilloso es que es de la película KUNFU PANDA.
Sintetiza la enseñanza de muchos gurús, de muchas religiones y filosofías.
Serrat dice “hoy puede ser un gran día, aprovecharlo ó que pase de largo depende en parte  de ti. Y más adelante nos convoca: y recíbelo como si fuera fiesta de guardar.
Quizás se nos escapan las horas en discusiones inútiles, en enojos malogrados, en rencores sin sentido.
La vida nos ofrece a cada paso desafíos, pruebas, contratiempos que si podemos verlos con ojos de niños siempre tienen un aprendizaje, una lágrima y una sonrisa.
Cada momento nos invita a percibir la maravilla que se despliega ante nosotros: en los brotes de los árboles, el canto de los pájaros, la risa de los niños, el amor que se ve en una pareja cuyo lenguaje trasciende a ellos mismos, los colores que se esparcen a nuestro alrededor, la fragancia que desprenden las flores, el cielo, las nubes, las estrellas: nos traen el eterno mensaje que Dios existe y se encuentra en todo, incluido en nosotros.
Nos conmueve por la magia que atraviesa a cada ser, por la experiencia del ser y estar de la divinidad. Por cada inhalación que conecta nuestra vitalidad a la vida del cosmos.
La propuesta es poder estar atentos a recibir los regalos que se nos ofrece, bendiciones que quizás por la cotidianeidad no las apreciamos.
Es importante ser y estar. El pasado se fue, el futuro no llegó, lo que nos queda es lo más hermoso: el presente.
Y volvemos al Nano: Hoy puede ser un gran día y mañana también.


El valor de las palabras


Cuando la pena se niega a dejarme y los silencios se vuelven intolerables, viene a mi auxilio una palabra que como un salvavidas me trae del infierno.
A menudo la vida pasa por etapas, donde el dolor parece apoderarse de nuestra voluntad y todo lo que daba sentido, por arte de magia desaparece. El cielo no tiene atajos y la sonrisa es un bien en extinción. En esos momentos pequeños ángeles pasajeros nos traen el sosiego a tan dura tarea.
Palabras que llegan cual  lluvia al desierto. Sedientos de paz, de comprensión andamos por la vida en un viaje para transformar nuestra realidad. Por momentos nos toca ser esos mensajeros con otros y la rueda virtuosa gira nuevamente expandiendo el AMOR.
Dice una canción que todo vuelve: vuelve lo que hacemos, lo que decimos, lo que soñamos, lo que pensamos.
Con nuestras palabras hacemos, creamos, sanamos, florecemos. Nos toca ser conscientes de la fuerza que tenemos con cada palabra pronunciada y como ellas cambian nuestro mundo.



La vida encierra milagros


La vida encierra milagros como que florezcan los árboles aún, sin que el invierno haga su retirada.
Aún en plena tormenta filtrando pequeños rayos de sol.
Convirtiendo un paisaje triste, en una explosión de color.
Secando las lágrimas que corren, con un aleteo de mariposas.
Con la gotas de rocío,  que capturan los pétalos sedientos.
Las palomas que pueblan cada plaza y acompañan a los solitarios.
Con cada risa de un niño que enciende la magia.
La vida a cada paso nos sorprende, nos cautiva, nos enamora.
Nos hace saborear la dulzura que se esconde en un beso. El calor que esconden los abrazos.
La luz que trasmiten ojos buenos.
La alegría de compartir un mate.
De intercambiar silencios, en contemplación de la maravilla que nos deja perplejos ante la inmensidad: de un amanecer, de una puesta de sol, de un arcoíris que se nos regala a todos, sin distinción.
Ante tus ojos se abre una oportunidad de descubrir la belleza.
De regocijarte ante lo que queda,  cuando sobran las palabras.
Cuando puedes entender que lo más hermoso: está sucediendo en este momento, si eres capaz de verlo.

APUESTA POR EL AMOR


Alguien me dijo que  no importa lo que sucede  sino la  actitud que tenemos ante lo que nos sucede.
Atravesamos diariamente situaciones que nos ponen en encrucijadas: hay que decidir si seguir caminando  ó detenernos un instante. Si abrir las puertas ó cerrarlas.
La decisión nos hace artífices de nuestra experiencia, que por cierto es intransferible. Es difícil que gente de nuestro entorno pueda sentir lo que disfrutamos ó padecemos, ciertamente porque cada ser es único.
Podemos hacer el esfuerzo, e intentar querer caminar en los zapatos ajenos, pero solo es un intento, solo eso. Percibimos lo que sienten los demás a través de nuestros ojos. Ojos sesgados por prejuicios, mandatos y culpa.
Por momentos nos acercamos, nos compadecemos y establecemos diálogos de una profundidad almica. Nos aproximamos cómo los planetas al sol, y palpamos su abrasador contacto, pero el dolor de su calor nos aleja rápidamente y volvemos al punto de partida.
La unión, el encuentro, el compartir  acerca puntos distantes cuya columna vertebral es el Amor. La única forma de borrar fronteras y diferencias, de disipar los enojos: es el amor.
Es lo que permite que los vínculos se sostengan en el tiempo, crezcan, se transformen. No es en la falta de dificultades que se templan las relaciones, sino en ellas es que se ponen  en juego la profundidad de aquello que nos ha unido.
Es la afrenta lo que revela lo que a los ojos no siempre se ve. Cómo dice el Principito “lo esencial es invisible a los ojos” y muchas veces justamente por no ser tan evidente se nos escapa de los dedos.
Juan Alberto Badía en una entrevista antes de morir decía que si alguien te ama y si has amado a alguien, tu vida había valió la pena.
Quizás eso sea lo importante: Amar, como dice Facundo Cabral hasta convertirse en lo amado y tal vez así: descubriríamos  que no hay que morir para conocer el paraíso.







Hacer para vivir


En ocasiones caemos  en un extraño recorrido, complejo y sin sentido que nos deja al borde de la mirada.
Una mirada que no sabe posicionarse en un punto de atalaya donde poder observar los acontecimientos con la calma precisa para actuar ante la adversidad.
Que se presenta en nuestra vida a cada paso y sin permiso. Que nos interpela, acerca de la difícil tarea de estar vivos y que esta vida debe tener un propósito.
En esos momentos surge una alternativa que va de la mano de la inmensidad, el constituirnos como hacedores, constructores de una realidad que se emparente más con nuestra esencia: el amor.
Ponernos “manos a la obra”, sentir que generamos a nuestro paso cambios, a partir de accionar sobre nuestra realidad.
Que cual niños jugamos con los ladrillitos de nuestros sueños, ideas, proyectos, nuestros miedos y deseos. Nuestra necesidad de trascender y que somos forjadores de futuro. En el medio, las preguntas ancestrales de hacia donde vamos? Y para qué vivimos?, nos coloca una y otra vez


Acuérdate de Vivir


Cuentan que los antiguos relojes italianos  tenían esta inscripción (acuérdate de vivir), que refería a no permitir que la tiranía del tiempo  te robe la capacidad de vivir, hasta el último segundo de vida, como quien bebe agua con fruición en un día de verano.
El escenario donde somos el actor principal que tiene una y definitivamente una oportunidad para demostrar el talento. El momento de la verdad donde se juega el todo y nada.
La naturaleza nos transmite grandes lecciones de una simpleza ejemplar, como el desempeño de héroes anónimos: los árboles. Que transforman nuestro sucio aire, en oxigeno.
Que cobijan a los pájaros y otros animales sin preguntar su religión, su raza, ó  su situación económica.
Se mecen con el viento, bailan con el sol, se dejan atrapar por una enredadera y acariciar por la lluvia.
No se apresuran, saben que todo es a su tiempo: ni antes, ni después.
Hacen su mejor papel, cada  día exhiben su magnificencia con la humildad de los grandes. Hacen brotar ramas y hojas en donde fueron lastimados. Donde su savia desangraba, hoy hay un brote de esperanza.
Donde el otoño lo despojó de sus ropas, estoicamente resiste la crudeza del invierno.
Se hace madera  para quien tiene frío. Mesa y silla para compartir. Se hace cuna para recibir una nueva vida. Se hace calor, se hace protección, se hace entrega en cada fase de  su vida y haciendo esto hace su maravilloso protagónico.
Y en primavera renace. Abre sus brazos a la explosión de colores y comparte su mayor regalo: su fragancia.


Con una sonrisa puedo comprar


Con una sonrisa puedo comprar, todas esas cosas que no se venden dice la hermosa canción de José Luis Perales.
Una famosa tarjeta pregona que en la vida no se pueden comprar algunas cosas pero  que para lo demás está Mastercard.
Quizás lo que no  se pueda,  comprar sea lo más valioso.
Quizás lo que se abre cuando sonreímos es nuestra capacidad de ver la Vida diferente.
 Descubrir el mágico encuentro de unos ojos, que buscan el tesoro sin precio.
Cuando todo tiene un costo,  la sonrisa nos permite sanar heridas, romper barreras, destruir armaduras, que no nos deja ser auténticos, y cuando lo somos opera el milagro: somos libres.
Este preciado don está al alcance de todos. Es una bendición y es gratis.
 La gratuidad que tiene el sol al calentar nuestros rostros, la gratuidad que tiene la luz de la luna iluminando las noches, la misma que tiene el viento esparciendo las semillas que cumplen su papel en el ciclo de la vida.
Cuando podemos maravillarnos de la belleza que nos rodea esa sonrisa se abre paso ante nuestros ojos, como una flor al recibir la caricia del sol. Como la tierra sedienta recibe las pequeñas gotas de rocío.
La vida es un milagro que cada día debemos honrar. Una de las mejores formas es: Ser Felices.
Dicen que sonreír nos garantiza un sistema inmune fortalecido, una  oxigenación plena, distención muscular, disipa el stress y ante todo mejora nuestra calidad de Vida.
Ahora nos toca llevarlo a la práctica: Sonríe  y verás cómo se ilumina el mundo.

El poder sanador de la amistad


Quien no ha tenido verdaderos amigos, quizás poco ha vivido.
Es uno de los regalos más maravillosos que la vida me ha regalado.
Reír hasta que las lágrimas no dejan de caer.
Sentir que lo peor ha pasado.
Empezar llorando una llamada y sentir que volvemos a sonreír y que la tormenta deja paso al arcoíris: son algunos de los pequeños milagros que generan los amigos.
Amigos que perfuman nuestros hogares de alegría. Que nos hacen sentir que lo que soñamos: es posible.
Que no volamos solos por las praderas silenciosas.
Que acompañan los silencios más agudos, nos salvan con una palabra salvavidas, que nos hace sentir amados a  pesar de los tropiezos.
Que comparten el pan, calientan las tardes más frías, se sientan a nuestro lado en una banca mientras las penas no nos quieren abandonar.
Amigos que aman más allá de cualquier predicamento, que resisten los embates del tiempo, que se fortalecen en las pruebas más duras, se hacen cobijo cuando la vida se nos quiere ir de las manos.
Amigos que aman más allá de la muerte porque son  incondicionales.
Amigos que se son felices cuando lo somos nosotros, padecen codo a codo con nuestro sufrimiento.
Que convierten un mate en la bebida más deliciosa porque son la familia que escogimos. Son los hermanos que siempre quisimos tener, son la prolongación de nuestros sueños, los que hacen únicos los momentos más simples y los tesoros más amados.