jueves, 6 de septiembre de 2018

PALABRAS DE TERAPIA


Lo que cabe en mi cabeza
Arrinconó la desesperanza a la baulera,
Y aprisionó los rencores por un tiempo.
Quiso grabarse sus recuerdos
Como a fuego vivo
Cálculo la velocidad de las lágrimas y se le antojó que la Vida valía la pena.
Cuatro años padecía la agonía de su ausencia.
No le preocupaba saberse solo,
Más sin ella era un destino insoportable.
Contuvo el aliento, respiró y tomó el teléfono.
Su voz llenó la estancia y su corazón se precipitó rápidamente.
Ella lo esperaba como siempre  y no había perdido la esperanza que llamara.
Ellos volverán a verse y su nombre resonaba en su mente: Constanza.
El pensó que tanto los había separado y musitó: “Lo que cabe en mi cabeza”.

Zarpamos por dentro
Siempre habíamos visto las manzanas de febrero. Adorando el fulgor de su carmín, el terciopelo de las caricias que la planta le había dado a la tierra y su respuesta de fertilidad absoluta.
Creada desde cada pensamiento de Amor había germinado en soledad, pero parir cada fruto era el propósito más sublime.
Sus frutos cayeron; fueron devorados por los mortales, los alimentó y los hizo eternos.
Jamás podré olvidar la entrega  que cada manzano hace en pos de la vida.

Enamorarte cada Instante
 Cada mes, cada día, cada hora, cada minuto interroga la necesidad de ser felices.
Nos pone a prueba en la capacidad de aprovechar la oportunidad, que el Amor  a manos llenas derrama a nuestro alrededor.
Este instante puede ser el primero de experimentar el NO AL MIEDO, el dejarse llevar por los corazones abiertos, por cada alma que sedienta espera y por fin declara: Un NO A LA SOLEDAD.

Cada Vez
Cada vez que sale el sol,
Aparece la palabra.
¿Dónde estás? ¿Dónde te has ido?
Compañero de jornada.

Una palomita blanca
Me dijo un grave secreto,
Que eres un ruiseñor,
En las ramas de otra amada.

Si ves pasar a la luna
Por la esquina de mi casa
Contarle los sueños nuestros
Decile no diga nada.

Cuando llueve, me entristezco,
Recordando tu mirada
Una primavera  te fuiste
Y el invierno que no acaba.

A la orilla de aquél río
Naufragó nuestra alma
Tú te fuiste hacia el norte
Yo quedé abandonada.
Con paso lento y seguro,
Un día  me levanté.
Decidida de ser fuerte
Y de mantenerme en pie.
Al final de la semana,
Se agolpan  mis recuerdos,
Algunos son cálidos
Y otros duro invierno.








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