Aquellas pequeñas cosas
La luna
sueña con encontrar al sol, antes que él se ponga. Ofrecerle sus besos y
compartir su mirada.
La carta
sabe contar la historia de dos almas que se conocen desde tiempos inmemoriales
y que van por las sucesivas vidas buscándose sin descanso.
El perfume
esconde la caricia de un niño, el llanto mañanero, el rocío que destiñen los
atardeceres vírgenes y los ocasos de algarabía.
La copa recuerda, lo que te juré aquella
noche.
La estrella
es la mirada perdida de los sueños eternos.
La estrella
es el mimo escandaloso del universo.
La mariposa
es un pétalo al viento que regaló la mañana.
La ventana
es el patio lúdico donde descansa el sol.
Semilla es
infinito condensado en lo pequeño, eternidad temida de existencia.
Lágrimas son
las cuentas del collar de los recuerdos y las ausencias.
Raíces que
me unen al centro de la tierra,
Me permiten
viajar hacia mundos nuevos,
Gastados de
vivir a manos a manos llenas
Recogen cada
paso en la marea,
Transitan
junto a mí la carretera
Y los
destinos mágicos,
Quedan de a
ratos con mis zapatos.
II
Las llaves
de la música se esconden tras la esquina
del camino.
El viento
trajo alas, trajo risas en el amanecer.
El hueco en
el que anido guarda besos y lluvia de deseos.
La montaña orgullosa
dice al hombre su secreto eterno.
En tu hogar,
las migas pintaban el cielo.
La risa se
confunde con las manos del que solo
espera en la esquina.
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