jueves, 6 de septiembre de 2018

Hacer para vivir


En ocasiones caemos  en un extraño recorrido, complejo y sin sentido que nos deja al borde de la mirada.
Una mirada que no sabe posicionarse en un punto de atalaya donde poder observar los acontecimientos con la calma precisa para actuar ante la adversidad.
Que se presenta en nuestra vida a cada paso y sin permiso. Que nos interpela, acerca de la difícil tarea de estar vivos y que esta vida debe tener un propósito.
En esos momentos surge una alternativa que va de la mano de la inmensidad, el constituirnos como hacedores, constructores de una realidad que se emparente más con nuestra esencia: el amor.
Ponernos “manos a la obra”, sentir que generamos a nuestro paso cambios, a partir de accionar sobre nuestra realidad.
Que cual niños jugamos con los ladrillitos de nuestros sueños, ideas, proyectos, nuestros miedos y deseos. Nuestra necesidad de trascender y que somos forjadores de futuro. En el medio, las preguntas ancestrales de hacia donde vamos? Y para qué vivimos?, nos coloca una y otra vez


No hay comentarios:

Publicar un comentario