viernes, 14 de agosto de 2015

Mi espejo roto
Una y otra vez me acechan los recuerdos. Una niña en una hamaca.
Una fiesta de cumpleaños. Olor a chocolate caliente. Tres hombres se acercan y devoran la inocencia de la niña. Todo se vuelve confuso, lo que no se pierde es la sensación que me  robó la alegría. Como un huracán que lo engulle todo, que aleja mi  luz. Que me decreta culpable de lo que pasó

Y ahí llegó yo adulta. Te abrazo a ti mi pequeña niña.  Te digo  que nada, ni nadie te dañarán más, porque mi bella  mariposa dejó de ser oruga.

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